El verano está lleno de momentos inolvidables: escapadas a la playa o pileta, días más largos y mucho tiempo de calidad al aire libre, pero también puede dejar su huella en nuestra piel y cabello. Si tus clientes volvieron de vacaciones y sienten que la piel y cabello necesitan un cuidado especial para recuperarse del sol, agua salada o cloro, este artículo te va a enseñar tips para lograr que vuelvan a estar sanos como antes.
Factores que los afectan
Como describimos antes, hay diversas causas que pueden debilitar la piel y el pelo, tales como:
- El sol: los rayos UV pueden causar quemaduras, manchas y envejecimiento prematuro. El cabello también sufre, ya que los rayos solares lo resecan y pueden cambiar su color.
- El calor: las altas temperaturas contribuyen a la deshidratación, dejando la piel seca y sin brillo. En el cabello, el calor puede provocar puntas abiertas y encrespamiento.
- El agua de la pileta: los productos químicos como el cloro eliminan la hidratación natural de la piel y debilitan las fibras capilares, haciéndolas más propensas a romperse.
- El mar: la sal del agua puede causar irritación en la piel y deshidratar el cabello, dejándolo opaco y sin vida.
Recuperá tu piel
Para devolverle la hidratación y reducir las manchas y quemaduras, es ideal realizar estos cuidados:
- Limpieza profunda y suave: elegí limpiadores hidratantes que remuevan residuos sin resecar. Una rutina diaria de limpieza ayuda a eliminar restos de protector solar, sal o cloro acumulados. Lo esencial es que estén compuestos con activos calmantes, como aloe vera o manzanilla, que alivian las irritaciones provocadas por el sol. Si preferís realizarles una limpieza más profunda, podés agregar un exfoliante suave para remover células muertas y renovar la piel.
- Hidratación intensiva: repará la piel con productos como sérums de ácido hialurónico o con colágeno, que restauran la hidratación perdida. También las máscaras hidroplásticas son una excelente opción para devolverle suavidad y frescura, como la de Manzanilla, Colágeno o Bayas de Goji, que a su vez, tratan otros inesteticismos como quemaduras solares, arrugas, líneas de expresión y rigidez.
- Además, podés recomendarles a tus clientes que complementen estos cuidados con una dieta rica en antioxidantes, como frutas y verduras frescas, para favorecer la regeneración celular desde el interior. Algunas de las más conocidas son: naranja, mandarina, frutilla, kiwi, zanahoria, tomate y espinaca.
Devolvele vida a tu cabello
Así como cuidaremos el cutis, también hay que mimar al cabello luego de los efectos acumulados del verano.
- Nutrición profunda: las mascarillas capilares con ingredientes como argán o keratina son perfectas para reparar el daño causado por el verano.
- Peines capilares revitalizantes: utilizá cepillos para estimular el cuero cabelludo y mejorar la circulación. Esto fortalece las raíces y promueve el crecimiento saludable del cabello. Hay diferentes modelos, cómo los manuales, eléctricos, con aplicador de activos, con vibración ultrasónica, EMS, fototerapia, y muchos más. Elegí el que te parezca según los objetivos.
Además, podés incorporar aceites esenciales como romero o lavanda o sérums con placenta o nanósferas a los masajes capilares para potenciar los resultados.
- Otro buen tip para acompañar estos cuidados después de la exposición al sol y al agua es recomendarles a tus clientes un corte de pelo para eliminar las puntas abiertas. Esto puede marcar la diferencia en la apariencia y salud del cabello.
Consejos para prevenir futuros daños
Si bien podemos recuperar la hidratación, fortaleza y brillo del cabello con tratamientos reparadores y cuidados específicos, es ideal minimizar el daño desde el principio. Para protegerlo y mantenerlo fuerte, podés recomendar:
• Usar sombreros y pañuelos para protegerlo del sol y rayos UV.
• Si pasan mucho tiempo al aire libre, los protectores solares capilares son perfectos, ya que crean una barrera que protege el cabello de los rayos UV y previene el daño causado por el sol.
• Reducir el uso de planchitas, secadores y rizadores para evitar dañar aún más las fibras capilares. Si los usan, aplicar un protector térmico para minimizar los efectos negativos.
• Usar sprays hidratantes o aceites capilares antes de salir, y luego de un día al aire libre, nutrir el cabello con un acondicionador intensivo o mascarillas específicas.
En conclusión, el verano puede afectar tanto la piel como el cabello debido a factores como el sol, el calor, el agua de la pileta y la sal del mar. Por eso, adoptar una rutina de cuidado post-verano para restaurar la hidratación y vitalidad perdidas es primordial. Además, para prevenir futuros daños, es importante protegerse del sol, usar productos adecuados y evitar el uso excesivo de herramientas de calor. Con estos cuidados, se puede recuperar y mantener una piel y cabello saludables durante todo el año